Cada día vemos que sacan más productos que te dejan con la boca abierta y babeando. Y no es nada raro conectarse a cualquier red social y encontrarse una foto, o varias, de un espectacular manjar. La comida es un placer para los sentidos, y cocinar es una experiencia muy gratificante para mucha gente. Pero para algunos llega a ser una obsesión.
Las obsesiones no solo producen un impacto en los hábitos, sino que pueden ocasionar perjuicios para la salud. La obsesión por la comida es una de esas que te puede hacer perder salud con el paso de los días. Por eso detectar a tiempo las señales de la obsesión por la comida, y luchar para cambiarlas, puede ser una manera de ganar en salud.
Pero antes de empezar a describir las señales, preguntémonos porqué es tan fácil engancharse de la comida. Pues bien, en las sociedades orientales de hoy en día la comida es un bien de fácil acceso, y abundan los alimentos repletos de grasas saturadas y azúcares. El azúcar puede suponer una droga, ya que cuando el cuerpo detecta que no hay azúcar en el cuerpo segrega sustancias que te incitan a consumirla.
También hay que destacar que la comida se ha convertido en una manera de romper la rutina y desconectar. Aquellos que trabajamos en casa tenemos siempre la tentación de dejar lo que estamos haciendo para ir y coger algo de la nevera. En este sentido quiero destacar que no se da una formación nutricional a la gente para que sepa distinguir entre la alimentación saludable y la no saludable. Aunque hay que destacar los esfuerzos que se hacen para cambiar esta situación.
Los signos a los que debes prestar atención
Hay siete situaciones que reconocer para detectar la obsesión por la comida, pero, tal y como nos explican desde Despierta BCN, expertos en addicciones, ante cualquier duda debemos ponernos en contacto con un profesional.
El primer síntoma es no tener una planificación de los horarios para comer. El hecho de no tener un horario fijo puede provocar una tendencia a comer a cualquier hora del día o de la noche, lo que supone un problema ya que dependiendo de que ahora se come, se quema más o menos energía. La falta de planificación de la comida suele llevar consigo una tendencia a quedar más para comer con amigos, siendo esto una excusa para comer. Esto es porque se necesita una coartada para salir a comer a los restaurantes.
Si tienes una despensa abultada de comida, que nunca se acaba porque se repone, te indica que tiendes a comprar más comida de la que necesitas. Sobre todo si está llena de snacks poco saludables, que no necesitan ser cocinados. En este sentido, si empiezas a desarrollar leyes falsas sobre si un alimento engorda o no, probablemente estés cayendo en una trampa muy cercana a la obsesión.
La obsesión también se refleja en cómo utilizas la comida. La comida es la manera que tenemos de aportar nutrientes al cuerpo, es también un placer de la vida, pero que se debe administrar en su justa medida. Si utilizamos la comida como un medio para calmar la ansiedad, se estará convirtiendo en una especie de adicción que utilizas para calmar tus nervioso emociones.
Por último, vamos a destacar el pensamiento constante en la comida. Estar todo el día viendo fotos de comida, o imaginándote platos de comida, te está indicando que estás dedicando una gran parte de tu energía a la comida, lo que supone una obsesión. Pero también te lo indica si cuando piensas en comer, y vas a comer algo, consumes comida precocinada o vas a restaurantes.
Consecuencias
Una de las consecuencias más severas es la obesidad mórbida, que indica una obsesión por la comida hasta el punto de llevarte a un estado de salud peligroso. Por suerte existen técnicas quirúrgicas, como la cirugía bariátrica, que disminuyen el peso corporal. Existen diferentes técnicas como el bypass gástrico o el balón gástrico.
La manera en la que nos alimentamos nos hace ganar en salud, por lo que es necesario prestar atención y cuidarla para estar sanos.