Las islas de Fuerteventura y Lanzarote, en las Canarias, están rodeadas por una serie de pequeñas islas semisalvajes, prácticamente deshabitadas. Son difíciles de localizar en los mapas y apenas aparece alguna mención suya en los catálogos de las agencias de viajes. Sin embargo, son lugares paradisiacos para los amantes del mar y la naturaleza.
Una de estas islas es la Isla de los lobos. Situada al norte de Fuerteventura. En el canal marino que la separa de la isla de Lanzarote. Este pequeño islote, de tan solo 6 kilómetros cuadrados, se encuentra a 2 kilómetros de distancia de las costas de Fuerteventura y a 8 de las de Lanzarote.
Pertenece al término municipal de La Oliva (Fuerteventura) y se puede divisar con claridad desde la playa del Corralejo, un antiguo asentamiento de pescadores, hoy convertido en complejo turístico. Según la Wikipedia, en el año 2022, solo había un habitante censado en la isla, y se correspondía con el responsable del faro. Esta isla alberga una gran riqueza natural, tanto en su superficie como en el fondo marino que la rodea.
Uno de los problemas para llegar a la Isla de los lobos es el transporte. La isla es reserva natural y se encuentra protegida. Melina, que cuenta que la ha visitado en una ocasión, comenta que lo hizo a través de una excursión en barco organizada por Corralejo Fishing, un servicio de barcos turísticos localizado en el norte de Fuerteventura.
La Isla de los lobos se llama así porque estaba habitada por una colonia numerosa de lobos marinos, focas monjes. Los pescadores de la zona los exterminaron siglos atrás porque pensaban que su presencia mermaba el banco de peces.
A pesar de estar deshabitada, la isla ha tenido una importante presencia a lo largo de la historia. Se sabe que en sus costas se levantó un campamento romano provisional en el siglo I antes de Cristo. Durante la conquista de Canarias, por parte del Reino de Castilla, a principios del siglo XV, la isla se utilizó como punto de avituallamiento para los conquistadores, los cuales se alimentaban cazando lobos marinos.
Durante siglos, el islote fue utilizado como centro de operaciones de piratas ingleses y africanos, que con frecuencia abordaban las costas más habitadas.
En el siglo XIX, un equipo de trabajadores portugueses construyeron el faro de la isla y crearon algunas infraestructuras para poder habitar el lugar. El tiempo que estuvieron allí, levantaron pequeñas casas de piedra, un embarcadero, corrales, aljibes para almacenar agua y trazaron los caminos.
En 1904 nació en la Isla de los lobos, la poetisa canaria Josefina Pla. Era la hija del farero. Hoy hay una estatua conmemorativa suya en la Playa de la Concha, en la costa del islote.
¿Qué hacer en la Isla de los lobos?
Aunque parezca que la isla no tiene ningún interés más allá de hacer una pequeña excursión desde Fuerteventura para descubrir un lugar curioso, esto no es así. Las aguas que rodean la Isla de los lobos son muy apreciadas por los submarinistas, debido a la gran riqueza natural que encierran.
Por otro lado, los surfistas tienen una especial predilección por el mar que baña la costa sur. Según ellos, se forma una ola de derechas de gran calidad en la zona de La caldera. El blog especializado Imán de Viajes nos recomienda 5 lugares que no podemos dejar de ver si visitamos esta isla:
- Lo primero, nada más poner el pie en tierra, es recomendable acercarnos al Centro de Visitantes. Se trata de una oficina de turismo que cuenta con un pequeño centro de interpretación, donde puedes conocer un poco la flora y fauna del lugar, su historia y las rutas de senderismo que puedes recorrer.
- Vale la pena detenerse un rato en el puerto. En realidad se trata de una bahía natural en la que los trabajadores que construyeron el faro levantaron un embarcadero para atracar las barcas que llegaban con víveres y material. Desde él se divisan las aguas turquesas, tranquilas y cristalinas, que la orografía de la costa ha logrado apaciguar.
- A 10 minutos andando desde el puerto se encuentra la Playa de la Concha. Es una playa de arena fina, con forma de media luna y una extensión de un kilómetro, que tiene la ventaja de que se trata de una playa virgen. No hay ningún edificio alrededor. Es como si estuvieras en una playa desierta.
- Desde la playa te puedes dirigir por un camino, perfectamente señalizado, a la cumbre de la Montaña de La Caldera. Este es un volcán dormido que dio origen al nacimiento del islote. En su cima, a 122 metros de altitud, podrás observar el cráter. Antes de llegar a la cima de la caldera, bordearás las antiguas salinas que se construyeron en 1944 y nunca se llegaron a poner en funcionamiento.
- Por último, no puedes abandonar la isla sin visitar el faro, situado en el punto más al norte de la isla, frente a las costas de Lanzarote. Un monumento emblemático que se construyó para advertir a los marineros de la presencia del islote y prevenir que los barcos naufragaran mientras transitaban el canal natural entre Fuerteventura y Lanzarote.
Una cosa que debemos tener en cuenta antes de visitar la isla es que su acceso está limitado. Al tratarse de una reserva natural, es necesario pedir permiso para visitarla al cabildo de Fuerteventura, con 5 días de antelación. Lo puedes hacer cumplimentando un formulario en su página web. Para visitar la isla no es necesario pagar ninguna entrada, pero sí se controla el aforo, para que no haya más de 200 personas simultáneamente en ella. La permanencia en la isla también está limitada en el tiempo, no pudiendo exceder de 4 horas seguidas.
Para ello se establecen dos turnos de visitas, uno por la mañana y otro por la tarde. De esta manera se consigue preservar la riqueza natural de la isla.
Otras islas que no puedes dejar de visitar.
Al norte de Lanzarote encontramos el Archipiélago Chinijo. Un nombre que en guanche, la lengua original canaria, significa “Chiquito”. Un conjunto de islotes, que junto a las costas de Fuerteventura, Lanzarote y la Isla de los Lobos, constituyen la reserva natural marina más grande de Europa.
De todas estas islas pequeñas, la más conocida es la Isla de La Preciosa. Tiene 29 kilómetros cuadrados y, a diferencia de La Isla de los Lobos, esta sí se encuentra habitada. En ella viven 718 personas, repartidas en 2 pueblos: Caleta de Sebo y Pedro Barba, ambos pedanías del municipio lanzaroteño de Teguise.
La página web turística «Hola, Islas Canarias» nos proponen algunos planes para disfrutar esta isla volcánica, donde sus calles están libres de asfalto. Estas son algunas propuestas:
- Disfrutar de la arena fina de la Playa de la Francesa. Se trata de una playa salvaje, situada al norte de la isla, a la que se puede acceder por medio de un camino que parte de la Caleta de Sebo. Desde la playa, rodeada de dunas, podemos observar Los Riscos de Famara, un macizo montañoso que se levanta paralelo a la costa sur de Lanzarote.
- Visitar la Montaña Amarilla. Caminando desde cualquiera de las playas del sur de la isla puedes llegar a la cima de este volcán de tonos ocres que se mimetiza con el color de la arena de la playa.
- Comer en cualquiera de los restaurantes de la Caleta de Sebo. La Graciosa es una isla pescadora, con una gran riqueza piscícola, lo cual se aprecia en su sabrosa gastronomía compuesta por pescados a la plancha, al horno o en guiso, siempre acompañados de papas arrugadas con mojo, gofio escaldado y quesos.
- Practicar deporte en la naturaleza. La Graciosa es un lugar apropiado para practicar todo tipo de deportes al aire libre o en el mar. Puedes recorrer la isla en bicicleta. Transitando entre sus dos pueblos, situado cada uno de ellos en un extremo de la isla. Caminando por sus playas o haciendo senderismo podrás observar las costas de Lanzarote y las diferentes islas que conforman el Archipiélago Chinijo: Montaña Clara, Alegranza, Roque del Este y Roque del Oeste. Las costas de la Graciosa también son un lugar apropiado para practicar el snorkel, el submarinismo a pleno pulmón. Con un fondo rocoso, repleto de grutas, podrás divisar su rica flora y fauna marina, compuesta por roncadores, burritos listados, morenas negras, jureles y langostas canarias.
- Hacer excursiones en barco. Muchos operadores, ubicados en Lanzarote y en Fuerteventura, organizan excursiones en chárter y catamarán que te ofrecen una perspectiva diferente de esta isla y de todo el archipiélago Chinijo. Disfrutando de rincones de gran belleza, que de otra manera sería muy difícil de acceder.
El conjunto formado entre las islas de Lanzarote y Fuerteventura tienen una idiosincrasia particular, con una orografía diferente al resto de las Canarias y una gran riqueza natural, debido a su ubicación geográfica. Más próxima a las costas africanas y marcada por los vientos que provienen del Atlántico, matizado por las islas orientales que le protegen.