A veces nos empeñamos en aprender cosas porque se supone que nos va a venir bien saberlas o porque tienen más salida profesional o por otros motivos que no son realmente los que deberíamos estudiar a la hora de seleccionar qué queremos aprender o no y, por eso, a veces todo nos va tan mal.
Ahora mismo, por motivos personales, voy a tener bastante tiempo libre y eso me ha hecho plantarme estudiar algo. No tiene que ser necesariamente un grado universitario o un ciclo superior de algo, sino un curso interesante o cualquier cosa que me ofrezca conocimientos interesantes que luego puedan serme de utilidad en la vida laboral o personal. Ahora bien… interesantes ¿para quién?
Desde niños nos empeñamos en atender a ciertos conceptos que no nos ofrecen ninguna motivación sólo porque el profesor nos dice que son importantes, o porque nuestros padres nos aseguran que estudiando tal cosa o tal otra tendremos un futuro mejor. Pues bien, nadie puede saber cuál será el futuro de nadie y con esto no quiero decir que los niños no deban aprender a sumar o multiplicar, lo que digo es que llega un punto donde hay ciertos aprendizajes inútiles que lo único que consiguen es frustrar al estudiante. Pensemos, por ejemplo, en la sintaxis. Hablar correctamente es importante, escribir bien, tanto gramatical como ortográficamente es importante, pero desmenuzar una oración hasta el fragmento más minúsculo para saber si se trata de un complemento agente o de un complemento atributivo es ridículo. ¿De qué le va a servir eso al niño? Tal vez, el que sienta curiosidad por el lenguaje hasta ese extremo será el que luego estudie una filología e incluso pueda hacerse estudioso de la lengua o investigador pero, por regla general, ¿a quién le interesa eso?
Yo aún sigo pensando en qué matricularme el curso que viene o hacia donde encaminar mis estudios pero, para ello, he estado leyendo algunos libros de edicionesaljibe.com que más de un profesor debería leer. El último que adquirí se llama “Despierta tu motivación” y es muy interesante para sacar ideas sobre cómo estudiar con menos esfuerzo y sobre cómo motivarte porque, de la motivación es de donde viene la fuerza para estudiar y, en mi opinión, esa motivación nace del interés que tienes sobre un tema, así de simple.
Ediciones Aljibe cuenta con cientos de libros sobre cómo estudiar, sobre pedagogía, sobre nuestro sistema educacional y sobre cómo enseñar y tratar con niños especiales. Son libros que ofrecen información realmente valiosa que muchos deberían leer, desde padres hasta maestros de escuela y, por supuesto, estudiantes. De hecho, bajo mi punto de vista, en la universidad y en los institutos de ciclos superiores deberían incluir una asignatura dedicada a centrarse a sí mismos, a ayudar al estudiante a buscar su interés y su motivación y, si es necesario, a ayudarle a cambiar sus estudios antes de que sea demasiado tarde.
Para que veáis a que me refiero os recomiendo este enlace donde te hablan de cómo mejorar el aprendizaje. Se trata de un buen artículo donde te dan técnicas de estudio, algunas clásicas pero efectivas y otras un poco más novedosas. Pues bien, si esto lo trasladáramos a un estudio publicado o a un ensayo en el que se ofrece una lectura con lenguaje llano, que todo el mundo pueda comprender, sería perfecto para que cualquier estudiante tuviera acceso a él como libro de cabecera. En otras palabras, que antes de estudiar y de aprender hay que enseñar a aprender y a estudiar, así de simple.