No hay nada mejor cuando tenemos tiempo libre que llenarlo con cosas para nuestras amistades. Es ironía, obviamente, pero también es una realidad como un templo. Normalmente todo el mundo está ocupado con trabajo, familia, aficiones y demás actividades, y basta que piensen que tú eres la que menos ocupada está para que te líen siempre con mil cosas. Como yo soy la única que, por ahora, no tiene hijos, se da por hecho que tengo más tiempo libre para encargarme de organizar cosas y hacer recados, así de simple. ¿Y a vosotros, os pasa?
Que si hay que comprar el regalo de cumpleaños de fulanito porque su fiesta es la semana que viene, que si hay que organizar dicha fiesta, que si hay que reservar mesa en el restaurante de la esquina u organizar un día de campo… para lo que sea, siempre está Paulina al rescate, porque… como lleva menos líos… ¡Y unas narices! Yo llevo los mismos líos y ando igual de ocupada que los demás, la diferencia es que yo puedo con eso y más porque me lo propongo y no sé decir que «no», y por su parte es muy cómodo dejarlo todo en mis manos ¿a qué sí?
Pero ya he encontrado la solución perfecta. Hace un par de cumpleaños me planté en seco y dije lo siguiente: “he encontrado un lugar perfecto para celebrar cumpleaños y demás eventos así que, si no proponéis otra cosa y os encargáis los demás, por mi parte tengo claro donde reservaré todas las veces”. ¿Queréis saber qué pasó? Pues que llevamos dos cumpleaños celebrados donde dije, en este local para fiestas privadas en Madrid, Daho, y pronto iremos a por la tercera celebración porque se acerca la despedida de soltera de una amiga y no pienso complicarme la vida. Es un local muy chulo, donde puedes contratar barra libre si quieres, y se encargan de todo, así que es una ventaja frente a otras opciones.
Para los niños, también tengo solución
Obviamente, este local, no sirve para todo tipo de eventos porque si lo que tenemos que organizar es una fiesta infantil pues no tiene demasiado sentido. ¿Queréis saber por qué digo esto? Pues porque mis amigos tienen tanto morro que hasta me han llegado a pedir que organice la típica fiesta de cumpleaños para sus hijos. La última vez me cabreé tanto que pensé: pues ahora tu hijo va a tener la mejor fiesta del cole y tú vas te vas a cagar. Y lo cumplí. Contraté a la empresa Tu Castillo Hinchable para que organizaran la mejor fiesta del mundo: pusieron un castillo hinchable en el campo de la abuela, donde se iba a celebrar el cumpleaños, lo decoraron todo con motivos de Spiderman, el superhéroe favorito del niño, y trajeron animación. Fue todo una pasada, os los recomiendo, pero claro… no era la típica fiesta con sándwiches que esperaban sus padres, jejeje. Ahora bien, gustó tanto que dos niños que toman la comunión este año me pidieron el contacto para llamarlos.
Es como si, por no tener hijos, yo fuera la única que no tiene nada que hacer. Pero sé que no me ocurre sólo a mí, es como una especie de maldición que sufrimos todas las que decidimos tener hijos más tarde que el resto de nuestras amistades o, directamente, decidimos no tenerlos. No es justo, pero es lo que pasa en el 99% de los casos así que si no lo sabíais, ya lo sabéis: si estáis en mi misma situación preparaos, que vienen curvas.