En mayo, Madrid celebra las fiestas de San Isidro Labrador, patrón de la ciudad y de los labradores. Yo la verdad es que no lo sabía, hasta que durante una visita a mi abuela que está en la residencia San Vital, decidieron hacer una fiesta para animarles. Una vez allí me contaron que es tradición realizarla y me contaron una historia bonita.
Y es que cuenta la leyenda que San Isidro Labrador hizo brotar un manantial de agua golpeando una roca con su vara. Allí se levantó la ermita de San Isidro a la que todavía hoy acuden en romería a beber el agua de su fuente. Tal como cuenta la leyenda los Residentes de la residencia decidieron festejar este día al más castizo estilo madrileño.
La tradición
Los chotis no faltaron, y las rondas de los Tunos hicieron vibrar las voces a una, con sus viejas canciones que la verdad es que emocionaron, al igual que a todos los presentes. Esta tradición se mezcla con la de merendar rosquillas y limonada en las praderas de San Isidro, si el tiempo lo permite, porque la lluvia siempre suele acompañarle.
Eso sí, si vas a pedir una limonada, tienes que saber que la madrileña lleva vino, limón, azúcar y fruta troceada (normalmente manzana). Mientras que, si vas a comprar rosquillas, puedes elegir entre las ‘tontas’ (con huevo), las ‘listas’ (con huevo y recubiertas de azúcar glas), las de Santa Clara (con una capa de merengue blanco) y las francesas (con almendras). De esta manera, en la fiesta con mi abuela, tontas se juntaron con Listas remojadas en una rica limonada sin olvidar la imprescindible tortilla que el patrón de la feria siempre reclamaba.
Los festejos
Las fiestas quedan inauguradas con el pasacalles de gigantes y cabezudos, con un recorrido que comienza en la zona centro de Madrid. El pasacalles es el anticipo del pregón que suele tener lugar en la Plaza de la Villa y al que habitualmente sigue un concierto de zarzuela y música popular.
El chotis es el baile típico de estas fiestas. Es una danza originaria de Bohemia, que se popularizó a mediados del siglo XIX. Las chulapas -con mantón de Manila, pañolón con clavel y vestido de lunares- giran alrededor del chulapo -con chaleco, clavel en la solapa, pantalón negro y parpusa- que a su vez gira sobre su propio eje y mirando siempre al frente. Se puede ver bailar en Las Vistillas, el epicentro de las celebraciones.
La verdad es que yo no conocía esta fiesta, porque siempre la asociaba a personas mayores, pero luego he visto que no, que es para todos y para todas. Sin importar edad. Incluso el Ayuntamiento organiza conciertos. Este año estuvieron Santiago Auserón, Nacho Vegas o Cora Novoa.
Cada 15 de mayo es costumbre que los madrileños se reúnan para comer en la famosa pradera y beber el agua que sale del caño de la ermita. Yo estaré la próxima vez allí. Espero verte.