Llega la Navidad y, por fin, este año, voy a cumplir una de esas cosas que tantas veces nos repetimos a lo largo de nuestras vidas pensando: algún día… Pues bien, ese día ha llegado y me voy a una de las mejores ciudades donde se puede pasar la navidad: Copenhague.
Es una de esas cosas con las que sueñas todos los años pero que nunca puedes cumplir por varios motivos, el primero y el más importante suele ser el económico pero además es que son unas malas fechas para viajar, al menos en mi caso, porque tengo muchos compromisos familiares que, por tradición, no quería incumplir. Sin embargo, este año me he liado la manta a la cabeza y he decidido hacer este viaje con mi novio y con Culet, mi perro de dos años. Me lo regalaron de este criadero con venta de cachorros American Bully cuando apenas levantaba un palmo del suelo, era precioso, y ahora cada día lo quiero más. Obviamente no es un perro pequeño al que podamos comprarle ropita al estilo de «Una rubia muy legal» en mydogbcn.com (aunque me encantaría) pero es mi príncipe peludo.
Al principio no pensaba llevarme a Culet por todo el tema del viaje y demás inconvenientes, pero cuando nos pusimos a buscar alojamiento y me di cuenta de que hay muchísimos hoteles en esa ciudad donde los animales son bienvenidos, me dio mucha pena tener que dejar a Culet en casa, con mi madre, así que me puse en contacto con animalesporavión.com para que me informaran un poco sobre cómo llevarme al enano y al final he decidido que se viene con nosotros a ver los mercados navideños más bonitos del mundo.
Los planes preparados
Iremos desde Alicante hasta Copenhague en vuelo directo y pasaremos allí tres días visitando los mercados navideños y viendo esos paisajes de película en los que las casas típicas aparecen totalmente nevadas e iluminadas con luces de colores.
Queremos visitar Tivoli, el parque más famoso de Copenhague, que en Navidad monta uno de los mercadillos más espectaculares y tradicionales del mundo e ilumina todas sus atracciones con preciosos adornos. Hay puestos de comida y bebida, música en directo, juegos y actividades infantiles, y se puede visitar hasta la aldea de Santa Claus. Una auténtica pasada.
Otra cosa que a mí me hace muchísima ilusión es patinar sobre hielo porque las pistas que hay allí no tienen nada que ver con las que podemos disfrutar en España. Son inmensas, y siempre están iluminadas y decoradas a lo grande.
Una amiga, además, me ha dicho que el antiguo puerto de la ciudad, que ya de por sí es precioso, en Navidad te deja con la boca abierta, así que también queremos verlo, porque decoran todas las casas de colores que hay alrededor y ponen un mercado navideño donde se venden objetos decorativos, artesanía local y adornos para el árbol.
Y, como no, queremos vivir la mejor Noche Vieja de nuestras vidas en la capital danesa. La idea es hacer lo típico que hacen allí los daneses para poder llenarnos de su cultura. Queremos ver, a las 18:00 en punto, el discurso de la reina Margarita, que debe ser similar al que hace el Rey aquí en Noche Buena. Obviamente no nos vamos a enterar de nada pero hay que verlo para poder decir que hemos vivido esa experiencia. Luego cenaremos en el hotel donde vamos a alojarnos porque van a hacer una fiesta por todo lo alto e, inmediatamente después, hay que salir a la calle al centro de Copenhague, hacia la plaza del Ayuntamiento, para ver la cuenta atrás en el reloj de su torre y ver los fuegos artificiales que lanzan para dar la bienvenida al 2017.
Al día siguiente volvemos ya para España así que no nos da tiempo a mucho más, pero a mí me sobra porque, por fin, podré vivir esos mercados y ver esas casas llenas de nieve y disfrutar de una navidad diferente, de esas con mucho frío que en España casi que no se ven.