Prepara el mejor fin de curso para tus alumnos con estos consejos.

El fin de curso se acerca y con él, ese momento agridulce en el que los alumnos cuentan los días para el verano y los profesores intentamos mantener la calma mientras cerramos notas, preparamos informes y organizamos un evento que deje huella. Porque, admitámoslo, después de meses de esfuerzo, exámenes y trabajo duro, tanto alumnos como docentes merecemos una celebración por todo lo alto.

Si quieres que el final de curso sea épico (o al menos, que los alumnos lo recuerden con una sonrisa y no con un «qué aburrimiento»), aquí van algunos consejos de profe veterano en estas lides.

Un buen fin de curso empieza con una buena planificación.

Aunque te veas tentado a hacerlo ¡No lo hagas! No puedes dejarlo todo para la última semana y esperar que salga bien; o sí, pero probablemente acabarás con un dolor de cabeza monumental, y además los imprevistos podrán pasarte malas pasadas… Así que ¿por qué jugársela? Lo mejor es empezar a organizar el evento con suficiente antelación, teniendo en cuenta las preferencias de los alumnos y los recursos disponibles.

Hazte preguntas como: ¿Queremos una salida al aire libre? ¿Un evento deportivo? ¿Una jornada temática en el colegio? Cuanto antes se decida, mejor.

Hacer una lluvia de ideas con los alumnos también es una gran idea. No solo les hace partícipes de la celebración, sino que además evita que luego se quejen de que «esto no mola». Así que, una votación democrática y listo: ya tenemos un plan.

¿Con cuanto tiempo de antelación podemos empezar a planificar?

Lo ideal sería a mitad de curso. Lo cierto es que puedes decidir el destino y las actividades desde el inicio del primer trimestre, pero es complicado reservar y planificar todo con tanta antelación; al fin y al cabo, entran en juego muchos factores, como el clima, los recursos económicos y la disponibilidad de las actividades y empresas que entren en juego.

Por ejemplo, si queremos organizar una fiesta de fin de curso para un parque acuático, lo ideal es hacerlo cuando termina el curso en sí mismo, ya que antes estaríamos en primavera, y si no tenemos en cuenta el clima podemos toparnos de frente con una lluvia inesperada (ya se sabe, en abril aguas mil) o con una tormenta. Por ello, lo mejor es hacerlo a principios de junio.

Sin embargo, en junio también puede sorprendernos alguna tormenta o lluvia espontánea ¡Así que también es cuestión de suerte!

Salida, fiesta o jornada especial: ¿Qué elegir?

Aquí viene la pregunta del millón. ¿Nos vamos de excursión, o montamos algo en el colegio? Ambas opciones tienen su encanto y sus ventajas, pero hay que elegir con cabeza. Por lo general, cuando no se tienen suficientes recursos económicos o cuando no se puede contar con la autorización de muchos padres para dejar a sus hijos lejos de casa durante un tiempo, se suele optar por montar eventos especiales en el mismo colegio.

Las opciones se ven así:

  • Excursión: si el presupuesto y la logística lo permiten, organizar un viaje a la naturaleza, la playa o un parque temático puede ser una experiencia inolvidable. No hay nada como ver a los alumnos fuera del aula, disfrutando sin la presión de los estudios. Aunque, ojo, porque una excursión también significa un grupo de niños o adolescentes emocionados y un profesor en modo «pastor de ovejas». Pero vale la pena.
  • Jornada especial en el colegio: si la salida no es viable, transformar el aula en un espacio de diversión es la solución. Se pueden organizar juegos de escape, competiciones deportivas, talleres creativos o incluso una tarde de cine con palomitas. Lo importante es romper con la rutina y convertir el colegio en un lugar de celebración.

Juegos y actividades que nunca fallan en el cole.

Sea cual sea la opción elegida, hay ciertas actividades que siempre triunfan y que garantizan risas y momentos memorables:

  • Gymkanas temáticas: un clásico que no pasa de moda. Se pueden organizar pruebas de todo tipo: desde acertijos hasta carreras de sacos. Y ya sabes…si hay premios de por medio, mejor que mejor.
  • Escape room educativo: montar un juego de escape dentro del aula con acertijos relacionados con las materias que han aprendido puede ser el broche de oro para cerrar el curso.
  • Competencia de talentos: ¿tienes alumnos que bailan, cantan o hacen magia? Un concurso de talentos puede ser la oportunidad perfecta para que brillen.
  • Día temático: disfrazarse según una época histórica, una película o cualquier otro tema divertido siempre es una apuesta ganadora.

Si llevas a los niños de excursión de aventura, la opción de la gymkana también es muy atractiva ¡Créeme! Y si te faltan ideas, Coadecu nos da las mejores: la tirolina, la escalada, o el tiro con arco son algunas de las actividades, además de la gymkana, que complementan una excursión de aventura a la perfección ¡Los niños lo pasarán en grande!

Destinos que siempre funcionan.

  1. Escapada cultural.

Si tus alumnos son más de conocer la historia y aprender mientras disfrutan, una escapada a una ciudad con gran valor cultural puede ser el plan perfecto; además, nuestro país está lleno de destinos con museos y monumentos históricos que se encargan de que los estudiantes se sientan parte de la historia mientras exploran lugares fascinantes ¡Así que tienes donde elegir!

  1. Actividades acuáticas y deportes.

Si tienes la suerte de estar cerca de la costa, las actividades acuáticas son una excelente opción para despedir el curso de forma divertida. Deportes como surf, kayak, paddle surf o incluso snorkel son ideales para fortalecer el trabajo en equipo y la confianza en uno mismo.

  1. Parques temáticos.

Los parques temáticos nunca pasan de moda y son una gran opción para garantizar diversión sin complicaciones. Parques como PortAventura o la Warner ofrecen una combinación de entretenimiento y aprendizaje a través de sus áreas temáticas inspiradas en diferentes culturas y épocas históricas.

  1. Viaje de estudios.

Si el presupuesto lo permite, un viaje de estudios a ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla es una gran opción. Con visitas a lugares emblemáticos como la Sagrada Familia, el Barrio Gótico de Barcelona, el Alcázar de Sevilla o el Museo del Prado, los estudiantes podrán conocer más sobre la historia y la cultura de estos lugares.

Una despedida emotiva (pero sin dramas).

No hay que olvidar que el fin de curso también es un adiós. Para algunos alumnos será solo un «hasta luego», pero para otros puede significar el cierre de una etapa. Un detalle bonito es preparar un vídeo recopilatorio con fotos y momentos destacados del año. También se pueden escribir cartas de despedida, hacer un mural con recuerdos o simplemente dedicar unos minutos a compartir anécdotas y agradecer el esfuerzo de todos.

Si los alumnos han sido especialmente maravillosos (y no te han hecho perder los nervios demasiadas veces), puedes prepararles un pequeño regalo a cada uno. Por ejemplo, entregar diplomas personalizados con «El que más ha preguntado en clase», «El experto en llegar tarde» o «El más participativo» les encantará y además les hará reír.

¡No te olvides de la comida!

Ninguna celebración está completa sin algo de picoteo. Si el colegio lo permite, se puede organizar un pequeño almuerzo compartido en el que cada alumno traiga algo. ¡Pero cuidado! No querrás acabar con una mesa llena solo de patatas fritas y chucherías. Coordinar lo que trae cada uno puede ser una buena idea para evitar desastres culinarios.

También debes tener en cuenta las preferencias alimentarias de cada niño: si hay niños con problemas de azúcar u obesidad, se debe reducir la cantidad de ciertos alimentos en este pequeño bufé, u ofrecer alimentos bajos en azúcar para evitar problemas de salud.

Seguridad y permisos: lo aburrido pero necesario.

Sí, organizar un evento de fin de curso es emocionante, pero también hay que ser responsables. Si la actividad es fuera del centro, hay que asegurarse de tener todos los permisos firmados por los padres, seguro de responsabilidad y un plan de emergencia en caso de cualquier imprevisto. Además, es importante que haya suficientes adultos supervisando a los alumnos en todo momento.

La ayuda nunca está de más.

Si el evento es grande, no dudes en contar con apoyo. Hay empresas que organizan experiencias de fin de curso diseñadas específicamente para grupos escolares, facilitando la logística y asegurando que los alumnos disfruten al máximo. Este tipo de servicios permiten a los profesores centrarse en disfrutar del momento en lugar de preocuparse por cada detalle organizativo.

Al fin y al cabo, no está nada mal la idea de delegar cuando la ocasión lo permite.

¡Disfrútalo!

A veces, en la vorágine de organizarlo todo, los profesores olvidamos que nosotros también nos merecemos pasarlo bien. Es el final de un curso, de meses de esfuerzo y dedicación, y también nuestro momento de celebrar. Así que, relájate, ríete con tus alumnos y disfruta del día. Porque cuando ellos lo pasan bien, tú también.

Y quién sabe, quizá dentro de unos años, cuando recuerden sus tiempos de colegio, este fin de curso sea uno de esos días que les arranquen una sonrisa. Y eso, querido colega, es el mejor regalo que podemos recibir como profesores. ¡Feliz fin de curso!

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