Hay muchas maneras de disfrutar de nuestro tiempo libre hoy en día. Podríamos decir, casi sin temor a equivocarnos, que hay más maneras de disfrutar de ese tiempo que nunca. Solo hace falta echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta de ello. Por un lado, tenemos una oferta para practicar deporte que es más grande que nunca. Por otro lado, hay más series y películas disponibles para todo tipo de públicos en las diferentes plataformas audiovisuales que copan este mercado en la actualidad. Finalmente, y por si fuera poco, en España sigue habiendo una cantidad de bares y restaurantes increíbles que nos permite disfrutar de lo mejor de nuestra gastronomía en el ambiente que deseemos.
En los párrafos que siguen, vamos a hablar de algo que es completamente diferente a todo lo que hemos mencionado más arriba. Y es que una de las formas de ocio que cada vez se viene instaurando en una mayor medida en la sociedad española tiene que ver con el graffiti y con toda la cultura que va asociada a este elemento. Se trata de una cultura que tiene mucho que ver con los jóvenes y con la construcción de una sociedad cada vez más libre y creativa. Nada tiene que ver el graffiti con la delincuencia, como mucha gente quiere hacer ver.
Una buena muestra de que el graffiti se ha convertido en uno de los pasatiempos más comunes entre los jóvenes españoles es la noticia que os vamos a compartir a continuación y que pertenece al portal web del diario La Vanguardia. En esa noticia, se informaba de que la Liga Nacional del Graffiti, de la que formaban parte los 35 mejores graffiteros y graffiteras de este país, llegaba a Madrid. Que haya una competición específicamente de esto quiere decir que estamos hablando de algo que ya tiene un poso en la sociedad y unos cimientos sólidos.
Hablamos de 35 personas que dedican una buena parte de su tiempo libre a un asunto como lo es el graffiti, pero todos y todas sabemos de sobra que hoy hay muchas más personas que dedican un montón de horas cada semana a realizar graffitis. Estamos hablando de uno de los movimientos más importantes del final del siglo XX y de principios del siglo XXI. La legión de seguidores y seguidoras de un movimiento como este sigue creciendo con el paso de los años y todavía no ha alcanzado su máximo registro. Podéis dar esto por seguro.
Hay varias pruebas que ponen de manifiesto que la cultura del graffiti está más viva que nunca. Y no nos referimos solo a los concursos que se celebran a lo largo y ancho del territorio nacional, sino a la venta de sprays con los que se elaboran esas obras de arte que decoran nuestras calles e incluso el interior de algunos edificios. Según los profesionales de Artespray, la venta de estos sprays se ha multiplicado por dos en la última década y, lo que es más importante es que el tipo de público al que van dirigidos estos productos también se ha heterogeneizado: ya no son solo los chavales los que solicitan un spray, si no que ahora también lo hacen algunos adultos y también mujeres. ¡Son grandes noticias!
Una muestra de la aceptación por parte de la sociedad
Hay varias cosas que nos llevan a afirmar que el graffiti ha empezado a ser reconocido como arte por parte de la sociedad. Y es que hay ayuntamientos que ya están encargando a grafiteros la composición de obras en determinadas partes de sus pueblos o ciudades. Si las mismas autoridades públicas se decantan por un modelo de arte como este para hacer sus municipios más bonitos, está claro que es por algo.
En todos los lugares del mundo estamos viviendo una situación parecida. Incluso podríamos decir que, en España, vamos con un poco de retraso en comparación con otros países europeos. Alemania, por poner solo un ejemplo, es una verdadera referencia en lo que tiene que ver con este asunto. Y el Reino Unido o Francia también están a la cabeza. No cabe la menor duda de que el hecho de que esto sea así habla muy bien de la popularidad que ha adquirido el graffiti en toda Europa en los últimos años.
Promover todo lo que tenga que ver con la cultura es una obligación de todo ser humano y, por tanto, todo el mundo debería hacer posible la difusión del graffiti como un medio a través del cual mostrar un sentimiento, una emoción, un estado de ánimo… Ni que decir tiene que, al igual que al grafiti, hay que ayudar en todo lo necesario a otras formas de arte como la música, la literatura, la escultura, la pintura… Cualquiera de estas cosas nos puede echar una mano a hacer de nuestro mundo algo mejor.