El hacer la compra a día de hoy es muy distinto a hace unos años. Antes, todos hacíamos la compra y las mismas cajeras te facilitaban bolsas de plástico para poder transportar los productos desde el supermercado hasta la casa. Esas bolsas apenas duraban tiempo, se rompían enseguida y unas vez usadas para dicho transporte te valían para otras muchas cosas. Pero a día de hoy cuando vas a un supermercado y haces la compra a la hora de pagar y de llevar los productos a casa ya no te dan esas bolsas de plástico. Ahora tienes varias opciones: la primera es cargar uno mismo con los productos y llevarlos en brazos, la segunda es llevar cada uno su bolsa de tela cuyo precio oscila sobre los 50 céntimos de euro y que dura para toda la vida o por lo menos hasta que se rompa o la pierda y la tercera y última es comprar unas bolsas de plástico biodegradables, reutilizables, o de politileno. En mi última compra vi que una mujer llevaba una de estas bolsas, y al fijarme en la marca vi que era de plásticos genil. Esta es una empresa que se dedica a la distribución de bolsas, para el comercio, que encima cuenta con un montón de diseños en bolsas y encima ayudan al medio ambiente.
En mi casa me dio por indagar un poco sobre este tipo de bolsas y fue muy curioso lo que a través de Internet lo que pude comprobar.
Esas bolsas suelen tener fecha de caducidad. El tiempo estipulado de media son de unos 18 meses aproximadamente a diferencia de las bolsas convencionales que según los expertos estas pueden durar en desaparecer entre 400 y 1000 años. En la misma bolsa viene la fecha del día que se fabricó, así que echando cuentas sabes aproximadamente cuando la bolsa va a dejar de funcionar. Eso sí, desde plásticos genil te aseguran que en todo el tiempo que duren las bolsas, cumplirán su cometido: lleva todo tipo de objetos (dentro de su peso y dimensiones recomendado), teniendo la misma resistencia y elasticidad que las antiguas bolsas. Además las hay de muchos tamaños y de distintas formas, de colores variados y para distintos usos. Pero lo verdaderamente curioso, es que al parecer cuando la bolsa llega a su fin no deja ningún tipo de rastro que sea perjudicial para el medio ambiente. Y es que se ha comprobado que las bolsas de la compra de antaño han perjudicado mucho al medio ambiente, pues estaban fabricadas con materiales cuya procedencia eran de productos químicos. Estas bolsas al entrar en contacto con el medio ambiente ( agua, sol, aire…) no crea ningún tipo de perjuicio. Dicen que las mismas bolsas al estar expuestas durante un buen periodo de tiempo al al medio ambiente comienzan a degradarse al contrario que si durante esos 18 meses se hace un uso correcto de ellas, pues no pierden en ningún momento sus propiedades.
Otra cosa que se puede hacer con las bolas es mandarlas a través de los contenedores de reciclaje, de hecho en muchos supermercados y tiendas existen contenedores para poder depositar las bolsas. Y de ahí mediante unos procesos de transformación en fábricas se pueden crear numerosos objetos como de decoración, alfombras, otras bolsas de tela y duraderas y así un largo etc.
Pues bien, lo que se puede hacer también para reciclar bolsas de plástico, y con ello ayudar al medio ambiente, es meternos en el mundo del ocio y tiempo libre, porque hay actividades en las cuales se puede enseñar a los jóvenes y niños a través de talleres y exposiciones en los colegios, a aprovechar y sacar el máximo partido a las bolsas. A través de la información y juegos todos aprenden a manipular las bolsas y a sacar provecho además de concienciar de la importancia en la conservación del medio ambiente. Además de usarlas para un montón de manualidades, esta es una buena manera que tenemos de entreteneros y a la vez de reciclar estas bolsas que ya no nos sirven más que para contaminar el medio ambiente, y así podremos sustituirlas por las que si que ayudan a la naturaleza y a nosotros mismos.