Es bastante común, y más cuando lleváis muchos años, que las relaciones de pareja se vayan dañado poco a poco por pequeños malentendidos.
A simple vista, no suelen ser trifulcas con importancia, pero éstas en varias ocasiones y repetidamente van dañando la relación seriamente.
Imagina un grifo del fregadero que va goteando y nadie contacta con el fontanero. Esta gota, va cayendo sin importancia en un principio, ya que sólo moja levemente el vaso del fregadero o los útiles de cocina que hay en él. Pero estas gotas, tras meses cayendo poco a poco en el mismo lugar, crea un deterioro visible, cada vez más perceptible, pudiendo dañar ya seriamente todo el fregadero. Sin costar el coste adicional en la factura del agua, si se hubiera subsanado a tiempo, el problema no hubiera llegado a mayores, y la factura del fontanero o cambiar uno mismo el filtro o rosca del grifo, hubiera costado relativamente poco.
Y ¿cuáles son estos pequeños malentendidos?
Lógicamente aquellos ápices de discusiones leves que podrían hacerse evitando con simplemente preguntar o hablar.
Por ejemplo, vuelves a casa tras una larga y agotadora jornada laboral. Antes de entrar al portal, avistas que llega una tormenta. Sales un momento al balcón o a la terraza, y ves que la ropa que tendiste por la mañana sigue colgada en el tendedero. Tu pareja, mientras tanto, está viendo la televisión alegremente. Le avisas que, por favor, quite la ropa del tendedero que va a llover, mientras tú haces la cena. Haces un rico plato para los dos y dejas la cocina arreglada y lista, ahora viene tu momento de ducha relax. Pero, para tu sorpresa, la ropa que antes has indicado a tu pareja que quite del tendedero, sigue ahí colgada, chorreando de agua mientras los truenos irrumpen en los oídos de toda la ciudad. Entonces, la ira se apodera de ti y comienza una gran discusión entre tú y tu pareja.
El malentendido surge porque no te percataste de que tu pareja te había oído cuando le pediste, por favor, que quitara la ropa del tendedero antes de que empezara a diluviar. Igual estaba absorto con el programa de televisión que estaba viendo o, mientras tú hacías tu riquísima cena, a tu pareja le había surgido un contratiempo, como una llamada telefónica importante o el vecino le había pedido ayuda, mil motivos.
Esta trifulca de pareja podría haberse evitado simplemente con el hecho de preguntar si te había escuchado cuando le diste la orden o le pediste el favor, o preguntarle si le venía bien o necesitaba ayuda para quitar la ropa.
De igual modo, aunque tu pareja se le hubiera olvidado por completo quitar la ropa empapada del tendedero, es un despiste, un pequeño error. La ropa se volverá a lavar y a secar al día siguiente cuando salga el sol, pero el daño emocional por la trifulca de un malentendido tendrá más difícil arreglo.
Para evitar este cúmulo de malentendidos que no tiene importancia, pero que sumados continuamente pueden ser muy perjudiciales en las relaciones de pareja, los profesionales PSI te recomiendan una serie de prácticas para evitarlos y tener una relación plena y en base a la comunicación y estabilidad. Toma nota:
1. Cultivar la confianza
Es la base de toda relación de pareja y motivos no le falta. De nada sirve que tu pareja te dé mil explicaciones si tú no confías en él /ella.
Siempre estarás poniendo en duda sus acciones y conversaciones, haga lo que haga.
La confianza se suele perder cuando tu pareja te ha fallado, agredido, mentido o traicionado. Casi todas las relaciones comienzan con un confianza depositada sobre tu pareja en un 100 %. Sin embargo, si ha surgido alguna mentira bastante grave, o habido causa de infidelidad o intento de ella, hará dudar de que nunca más volverá a pasar.
Sin embargo, existen personas con baja autoestima en el que directamente no confianza plenamente en nadie, ni siquiera a su pareja. Esto ya es un asunto todavía más grave, ya que la causa de la falta de confianza en la pareja no ha sido por factor externo, sino interno.
Es aconsejable, ante la falta de confianza en las relaciones de pareja, que ambos se sometan a una terapia especializada
2. Evita las suposiciones
Arraigado al punto anterior, crear suposiciones ante hechos que no sabes ciertamente que se han llevado a cabo, puede causar errores evitables.
Por ejemplo, si tú has dado por hecho que tu pareja no quitó la ropa del tendedero antes de que cayera la tormenta, porque estaba viendo la televisión y pasó completamente de tu petición, das por hecho que así ha sido.
Sin embargo, podrías haberle preguntado el motivo por el cual no quitó la ropa. Puede que a tu pareja le hubiesen llamado en ese momento por teléfono, ya que estaba esperando una llamada importante; o que, por las prisas de que la tormenta ya iba a empezar, se hubiera tropezado y se hubiese dado un golpe en el codo, tan doloroso, que tuvo que detenerse un momento y ya no le diño tiempo a evitar que la ropa tendida se empapase.
3. Practica la escucha activa
Pregunta y escucha. Cuando tu pareja te dé una explicación o te cuente algo, escucha con atención lo que te dice.
Puede que te cuente algo importante que le ha ocurrido en el trabajo, mientras tú consideras que no es importante para ti, y mientras estás pensando qué hacer para cenar.
Imagina que tu pareja te cuenta que su compañero de trabajo le tienen que hacer una operación de urgencia por salud. Te lo ha contado, pero tú no le escuchaste en su día. Al cabo de unos días, te viene a la mente el compañero de trabajo de tu pareja, que sabias que estaba enfermo, y le preguntas a tu pareja si ya se puso bien. Entonces tu pareja te reprocha que te contó que estaba grave e incluso le iban a operar. Para colmo, tú le señalas que no te contó nada. Ahí salta el malentendido y la trifulca. El siente que no le escuchas y encima le reprochas que no te contó nada.
Si no tienes tiempo de escucharle mientras él o ella te cuenta algo importante, pídele disculpas e indícale que en unos minutos podréis hablar y poneros al día. La comunicación es vital, sea cual sea la noticia. (Esperemos que el compañero se recupere pronto).
4. Hacer un «control de percepción»
Si tu pareja te cuenta o pide algo, ten en cuenta que has percibido el mensaje correctamente.
Si tu pareja te cuenta algún hecho o encargo, debes cerciorarte de que lo has comprendido. Si no es así, debes pedirle que te lo vuelva a repetir, ya que no lo habías entendido en un primer momento. Si te lo tiene que volver a repetir, señalar e incluso a escribir o pintar el concepto, no pasará nada en absoluto, ni serás una persona torpe porque te lo haya tenido que repetir cientos de veces. Es mejor establecer los conceptos de la petición u orden de forma adecuada, que dar por hecho de que lo has entendido y así no ha sido, por lo que la información se irá volando y no se llevará a cabo la acción, que puede que sea muy importante.
Repite la orden para que tu pareja se cerciore de que lo has comprendido. La comunicación en la relación de pareja se habrá acentuado y trabajado.
5. No atacar
Ni verbalmente ni físicamente. NUNCA se debe atacar a tu pareja, sea cual sea el motivo de la discusión. El ataque y maltrato es un delito y un motivo más que suficiente para terminar una relación de pareja.
6. Indicarle tus necesidades
Da a conocer a tu pareja tus necesidades, háblale de ti. Es común que, tras muchos años de convivencia, creáis que os conocéis uno al otro, y tras una rutina establecida, ya penséis que todo lo dais por sentado. Y, en la mayoría de veces, no es así.
Puede que necesites un viaje, un descanso, volver a estudiar o retomarlos, una mascota, ver a tus padres, visitar el pueblo donde naciste, comprarte un libro…o simplemente que volváis a tener sexo más regularmente, lo que sea.
Indícale tus necesidades, así como él/ella las suyas, y establecer unas acciones para satisfacerlas. Debe ser recíproco.
7. Negociar y llegar a un consenso
Ante cualquier malentendido, y sobre todo para evitarlos, debe negociarse todas las acciones que se hagan dentro y fuera de casa.
Por ejemplo, si los dos hacéis el mismo horario de trabajo, hacer un reparto de tareas domésticas para que ambos disfrutéis del mismo tiempo libre. O, si tenéis horarios diferentes, del mismo modo establecer las tareas acorde, como tender la ropa por la mañana o destenderla si oyes tronar.
8. No recalques el pasado
El pasado quedó en el pasado, y con él, sus errores. Todos nos hemos equivocado alguna vez. Aprovechar cualquier malentendido para echar en cara acciones del pasado, no hará más que agravar la trifulca y dañar más la relación de pareja.
9. No eches en cara
Sea cual sea el motivo, no echar en cara las acciones de uno o del otro. Si tú trabajas más horas fuera de casa, no eches en cara que tu pareja no haya quitado la ropa del tendedero porque está más tiempo en casa.
Lo más sano mentalmente para ambos, es llegar a un acuerdo y cumplirlo.
10. Tomarse un tiempo para reflexionar
Antes de saltar o entrar en la discusión con tu pareja, tómate 20 minutos para reflexionar. Hablar si pensar suele ser motivo fuerte de discusión y con difícil arreglo, ya que el daño emocional por palabras agresivas es muy fuerte y difícil de eliminar.
Métete en el baño y enciérrate solo o sola y piensa antes, relájate y respira hondo. Si necesitas bajar al coche, al portal o incluso dar una vuelta a la manzana aunque caigan chuzos en punta, hazlo.
Después de este tiempo de reflexión, las palabras sensatas y coherentes saldrán por tu boca, evitando lo que no querías decir y que difícilmente se puede arreglar después.
Siguiendo estos sencillos consejos, evitarás males mayores por insignificantes malentendidos. ¿Vale la pena dañar vuestro amor?. Claro que no.