Los problemas de salud mental son algo que nos afecta a todos y a todas y sobre todo en la sociedad actual donde, la pérdida de valores, la injusticia social, y el avance desmesurado de la tecnología, han provocado una sensación de inseguridad, de pérdida de rumbo y de aturdimiento generalizado, y casi siempre, inconsciente.
¿Quién no ha padecido o no tiene entre sus familiares y amig@s a alguien que padezca algún tipo de problema de salud mental? Estrés, ansiedad, depresión, adicciones, trastornos de la personalidad y de la conducta, etc… son frecuentes en la sociedad actual, una sociedad consumista y unidimensional, en la que el capital ha usurpado su lugar al espíritu, convirtiéndose en lo único que define a una persona como lo que es, haciendo más que nunca real la frase “Eres lo que tienes”.
Muchas son las personas que sienten que la situación se les escapa de las manos, que han perdido el rumbo y el sentido de su existencia, y que, sencillamente, ya no pueden más y explotan. Llegado este punto, es fundamental tomar medidas.
Por norma general las personas acuden a su médico de cabecera, que, como médico, receta, y si es necesario, pedirá que la atiendan en psiquiatría, donde se valorará el estado del paciente, y, los que así lo necesiten, recibirán atención psicológica.
La terapia cognitivo-conductual es el modelo que se impone en la actualidad, y se fundamenta en la idea de que pensamiento y conducta están íntimamente ligados y que por lo tanto, modificando el primero se puede, necesariamente, modificar el segundo.
Junto a esta corriente convive la psicología Gestalt o psicología de la forma, que localiza su centro de interés en la experiencia fenomenológica, es decir, en la percepción sensible, que tiene lugar aquí y ahora.
Ambas corrientes, aunque difieren en lo esencial, presentan varios puntos en común, sobre todo en lo referente al punto de partida, lo observable, y la consideración del tiempo presente sobre el pasado (a diferencia del psicoanálisis).
En un caso de ansiedad, por ejemplo, la primera busca eliminarla, mientras que la segunda, lo que intenta es vivirla, a través de la dramatización.
Entonces, os preguntareis, ¿qué modelo de terapia psicológica es el mejor? Pues bien, en vista que el modelo cognitivo-conductual no siempre ha obtenido el éxito esperado, entonces, ¿Por qué no intentarlo con la psicología Gestalt?
Gabinetes como Psi, dirigido por la psicóloga especialista en Gestalt, Mª Laura Fernández, ofrece este tipo de terapia en Barcelona. Son expertos en la formación, tratamiento y acompañamiento de personas, siendo su principal objetivo, el poder ayudar a sus pacientes en las situaciones personales y propias del propio carácter, así como en los problemas derivados de las relaciones interpersonales. Cuentan con varias modalidades de terapia: individual, en pareja, infantil, y los resultados saltan a la vista en breve espacio de tiempo.
Origen de la terapia Gestáltica
La psicología de la Gestalt, fundada por Wertheimer, Kohler y Koffka, nace como reacción a aquella forma de psicología propia de la Alemania del siglo XIX, centrada en el análisis de la mente y de sus elementos.
Este nuevo modo de entender la psique humana, parte de la base de que o que determina la conducta es el campo psicofísico, que es la suma del “yo” más la experiencia sensible y consciente.
El enfoque Gestáltico en terapia surge de la obra del neuropsiquiatra, Fritz Perls, y multitud de terapeutas han desarrollado esteenfoque, como por ejemplo, Fritz y Laura Perls, Isadore Fromm, Erving y Miriam Polster,Joseph Zinker, y los chilenos Claudio Naranjo y AdrianaSchnake, entre otros.
La Terapia Gestalt recoge aportes de la filosofía humanista de los pensadores fenomenólogos como Husserl, Heidegger, Ortega y Gasset, Merleau-Ponty por un lado, y del existencialismo por otro, representado por pensadores como Sartre, Unamuno, Camus, Marcel, y Saint-Exupéry, en combinación con el trabajo psicodramático.
Numerosas investigaciones han demostrado los innumerables beneficios de la terapia gestáltica para la superación de situaciones de ansiedad, estrés, depresión, fobias, adicciones, etc… así como de otros problemas de salud mental o física.
Esta terapia no sólo ayuda a reducir los síntomas sino que además evita que éstos reaparezcan, aportando al paciente los recursos necesarios para afrontar la vida con éxito.