Cuando se es joven, la curiosidad es una de las cosas que mejor definen a las personas. La falta de experiencia en una amplia gama de asuntos nos hace sentir la necesidad de conocer nuevos retos, nuevas sensaciones y estar inmersos en nuevas situaciones. Es algo completamente inevitable. El ser humano es curioso por naturaleza y de esta manera queda demostrado.
El sexo, además, es una de los temas que más curiosidad despiertan entre los jóvenes. Desde que entramos en el rellano de la pubertad, los adolescentes comienzan a pensar de una manera intensa en él (cuando no a practicarlo). Es entonces cuando este núcleo de población comienza a ser consciente de todo lo que implica ese deseo y de la cantidad de cosas y utensilios que se pueden usar para convertir esa experiencia en algo magnánimo.
Hace poco tiempo cumplí 18 años y pude, por fin, convertirme en mayor de edad. Había estado esperando este momento durante mucho tiempo puesto que a partir de ahora podré ser mucho más libre y organizar mi vida en función de mis deseos y necesidades. Aunque estreno mayoría de edad ahora, no he esperado a tener 18 años para descubrir todas las ventajas que el sexo reporta a nuestra vida.
Hace un par de años empecé a salir en serio con una chica de mi curso llamada Andrea. Tanto para ella como para mí era la primera experiencia amorosa y por esa razón pretendíamos convertir aquella relación en algo especial. Después de unos primeros meses en los que quedó demostrado que nos queríamos de verdad y que nuestra relación tenía un futuro más que esperanzador. Fue entonces cuando empezamos a tantear la posibilidad de hacer el amor por primera vez.
Aunque ardíamos en deseos de hacerlo, teníamos bastante miedo. Algo lógico. Existen muchos problemas derivados de las malas prácticas sexuales: embarazos no deseados, el SIDA…y amenazas así nos imponían demasiado. Por eso nos mentalizamos de que, si queríamos comenzar a tener experiencias sexuales de manera conjunta, deberíamos hacerlo con protección, sin jugar con nuestra vida.
Para ello lo que teníamos que conseguir era un buen suministrador de preservativos. No nos fiábamos de las tradicionales máquinas expendedoras y nos daba cierta vergüenza ir a la farmacia, por lo que recurrimos a Internet, donde una entidad como Comercial Apra nos iba a proporcionar preservativos de las mejores marcas y con una calidad certificada. Podíamos estar tranquilos.
Ganando experiencia, ganando placer
Aunque la primera vez que lo hicimos estuvo cargada, como es normal, de nervios e imprecisiones, la verdad es que fue una experiencia única. Tanto Andrea como yo nos sentíamos felices a sabiendas de que habíamos cubierto una etapa más en nuestra relación y que por tanto dicha relación se afianzaba a pasos agigantados.
Con el paso del tiempo, comenzamos a sentir la necesidad de seguir adquiriendo conocimientos en un terreno como el del sexo. Habíamos escuchado hablar a mucha gente de diferentes tipos de artículos eróticos que le daban al sexo una nueva dimensión y lo sacaban de la rutina habitual. Artículos como bolas chinas e incluso esposas. Aunque es cierto que nos causaba cierta gracia, tanto Andrea como yo decidimos adquirirlos para hacer acopio de nuevas situaciones.
Lo cierto es que nos enganchamos a este tipo de productos y muy pronto comenzaron a ser habituales en nuestros momentos más íntimos. Los volvimos a la página web de Comercial Apra. Aquello era perfecto. Disfrutábamos al máximo de momentos como esos y comenzamos a poseer una experiencia sexual que era bastante rica si la poníamos en relación a la edad que teníamos.
Con 18 años recién cumplidos, ambos seguimos necesitando vernos en privado para disfrutar del placer que nuestros cuerpos nos pueden otorgar. No hemos tenido ningún problema desde que practicamos sexo y creo que en gran medida eso tiene que ver con haber depositado nuestra confianza en manos de los mejores profesionales. A buen seguro, seguiremos disfrutando de todos los placeres y ventajas que el sexo puede proporcionar al ser humano. Y es que no queremos privarnos de absolutamente nada.