Madrid es sin duda la capital del estrés. Cuidad llena de gente con prisas, de carreras y atascos en hora punta, metro y taxis llenos…Este año lo he podido comprobar durante las prácticas de Periodismos que he hecho en un periódico deportivo. Yo venía de Valladolid donde podemos ir andando a todos los sitios, y encontrarme con esa jungla ha sido demasiado para mi cuerpo.
Y es que el estrés nos afecta a todos, en unas épocas del año más que en otras y eso se nota. El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso. Es la reacción de tu cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios el estrés puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar su salud. Y yo sabía que si seguía en Madrid iba a acabar así.
Eso sí, el coger tantos taxis me ha servido para aprender un poco más de este sector, ya que mi padre lo fue durante muchos años y siempre me gusta conocer cuáles son las condiciones en las que trabajan otros compañeros. Y en Madrid lo que más me llamó la atención fue la empresa Gestión del Taxi. Son expertos en este sector, y lo que intentan es conseguir la mejor rentabilidad del mercado para tu negocio. Según me comentó el taxista, que ya me conocía de todos los viajes que hacía al campo de entrenamiento del Real Madrid, se puede obtener hasta un 15% de rentabilidad garantizada con sus distintos sistemas de gestión del taxi.
Ojo con el corazón
Y es que ofrecen el más completo servicio del mercado. Me comentó que les cubren todo lo que necesita su inversión, abarcando todo lo que requiere el sector: como por ejemplo, licencias, créditos, gestoría, talleres, seguros y compra de vehículo. Qué pena que todo esto no lo haya conocido mi padre, que ya está jubilado y con una pensión bastante justita. Encima que es una de las profesiones con más riesgo de ataque al corazón.
Lo que está claro es que Madrid solo está hecho para personas de nervios de acero. De esas que no se inmutan por nada. La presión de estar ciudades no puede ser aguantada por todos. En mi caso, yo he tirado la toalla, me vuelvo a mi ciudad, donde prefiero ser cabeza de ratón que cola de león. Como diría Paco Martínez Soria, la ciudad no está hecha para mí.
Espero que tú tengas más ganas de ir a Madrid, porque a mí se me han quitado. Por eso, ahora cuando veo que mucha gente quiere encontrar trabajo en la capital, me entran sudores fríos. Ahora bien, si es verdad que hay alguna zona de tapas que es lo que más me ha gustado. Pero claro, como suelo decir yo cuando me preguntan, “está muy bien para ir de fiesta, pero no para ir a trabajar”.